Informes Sivigila Caldas – APTR – Accidente Potencialmente Transmisor de Rabia 2022
De acuerdo con el informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS) la rabia es considera como una enfermedad zoonótica viral que afecta especialmente a los animales mamíferos tanto domésticos como salvajes, la cual es transmitida a través del contacto con la saliva infectada por medio de mordeduras o arañazos. Esta enfermedad afecta a más de 150 países y es responsable de aproximadamente 60.000 muertes y como principal fuente de transmisión esta el perro. En las Américas se ha disminuido el numero de casos reportados en un 98% con alrededor de 300 casos en el 1983 a 2 casos de rabia humana trasmitida por caninos para el 2020. Pero a pesar de esto en los últimos años, la rabia transmitida por animales silvestres como el murciélago hematófago ha aumentado como principal trasmisor; en la actualidad, alrededor de un millón de personas que han estado expuestas al virus de la rabia ha recibido profilaxis después de una exposición cada año (1).
La Organización Mundial de la Salud define la rabia como “Una enfermedad vírica infecciosa que acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos”. También explica que se transmite por la saliva a través de arañazos o mordeduras de humanos o animales enfermos que hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos (2).
Respecto al comportamiento epidemiológico, se pueden observar dos ciclos de trasmisión: urbano y silvestre; el primero hace referencia al virus y trasmitido por perros y gatos el cual ha disminuido en un 90%, sin embargo, no se ha llegado al 100 % por la reintroducción de la variante antigénica 1 y su presencia en departamentos como el Magdalena. Ciclo silvestre trasmitido por animales como: marsupiales, zorros, zarigüeyas, mapaches y murciélagos (3,4).
El método de trasmisión de virus de la rabia ocurre a través del contacto directo, de la piel cortada o las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la boca con la saliva o los tejidos del sistema nervioso o del cerebro de un animal infectado. Las personas por lo general contraen
la rabia a través de la mordedura de un animal rabioso. Aunque sea raro, también es posible que la contraigan a través de otros tipos de exposición, que pueden incluir rasguños, abrasiones o heridas abiertas expuestas a la saliva u otro material potencialmente infecciosos de un animal rabioso. Los otros tipos de contacto, como acariciar a un animal rabioso o tener
contacto con su sangre, orina o heces, no se asocian a un riesgo de infección y no se consideran exposiciones que deban causar la preocupación de transmisión de la rabia. Los otros modos de exposición, además de las mordeduras y los rasguños, son infrecuentes (5).