Informes Sivigila Caldas – Accidente ofídico 2022
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyo las mordeduras ocurridas por serpientes en la lista de enfermedades tropicales desatendidas; la cual afecta especialmente a la población de zonas rurales dispersas, ocasionando múltiples factores en los pacientes como la falta de seguimiento, acceso a los servicios de salud, años de vida perdidos y fallecimiento. El envenenamiento por serpientes requiere de una atención inmediata, ya que su desenlace puede ser fatal, en algunos casos se dificulta el acceso a los servicios de salud o factores socioeconómicos y culturales que intervienen en la respuesta inmediata de atención hospitalaria (1). El accidente ofídico es resultante de una lesión causada por la mordedura de una serpiente y en el caso de ofidios venosos se puede producir inoculación de veneno constituyéndose así en una ofidiotoxicosis, por lo que su tratamiento oportuno de acuerdo con la clasificación de la severidad con antídotos seguros y eficaces pueden evitar la presencia de discapacidad y mortalidad (2).
En Colombia existe una amplia diversidad de serpientes, sin embargo, tres familias son consideradas de importancia o significativas, ya sea por su visibilidad o abundancia, tal como la familia Colubridae (serpientes no peligrosas) que se distribuyen desde el nivel del mar hasta los 3 500 m, o aquellas que su importancia está dada desde el punto de vista médico por producir toxinas capaces de ser inoculadas a los seres humanos, dentro de las que se encuentra las familias Elapidae y Viperidae. La familia Elapidae (corales) se distribuyen desde el nivel del mar y las aguas del Pacífico hasta los 2 000 m y la familia Viperidae (cascabel, Mapanás o Equis, Patocos y Verrugosos) desde el nivel del mar hasta los 2 600 m (3).
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud-OMS, se estima que cada año se producen unos 5,4 millones de mordeduras de serpiente, que causan entre 1,8 y 2,7 millones de casos de envenenamiento, entre 81 410 y 137 880 muertes y aproximadamente el triple de amputaciones y otras discapacidades permanentes; encontrándose la mayoría de los casos en África, Asia y Latinoamérica, siendo las mujeres, niños y trabajadores rurales de comunidades de ingresos bajos y medianos los más afectados (4).